Una tarde de domingo

Esas tardes de verano, largas... Esas tardes en las que da tiempo a hacer casi todo, con un ojo puesto en un personaje que lleva pañal, y mientras los gemelos ven una peli en la que salen unas ardillas con voz de Helio...

Y da tiempo a terminar una labor de punto de cruz que llevaba en el cesto más de un año:

Sacando, de la caja que compré en Amsterdan cuando fui estando embarazada de Celia...

... los hilos necesarios:

Rescatando el esquema:

Porque me ha dado por el punto de cruz, de nuevo... Por la comodidad de este tipo de labor, en la que no hay que hacer cálculos de telas, ni planchar, ni aplicar... Por cambiar, por dibujar en la tela...

Tenía este cuadrito, compañero de otro que hice estando embarazada de mi niña, y este quedó al fondo del cesto de labores...Sólo le faltaban sólo unos números y unas hojas:

Y para rematar la tarde, aproveché para pintarme las uñas de rosa chicle, dejando de lado los tonos rojos que suelo usar:

Porque aunque hoy sea lunes y  haya que ir a trabajar, los domingos de verano tienen un sabor especial, como decía la canción.

Así que parece que el punto de cruz será la labor del verano... ¿Y la vuestra? ¿Qué proyectos tenéis en mente?

Feliz semana!